domingo, 16 de diciembre de 2012

El muralismo chileno. Entrevista a Fernando Marcos


El pintor Fernando Marcos (2011).


Entrevista a Fernando Marcos, para “Arquitectura y Arte en Chile: Integración plástica a través del Muralismo”.

La entrevista trata principalmente sobre la primera etapa del muralismo en Chile, mirada desde la perspectiva de Fernando Marcos como impulsor importante del movimiento en nuestro país. También se refiere al Manifiesto de Integración Plástica propuesto por él y habla sobre la relación que según Marcos debe tener el mural con el espacio arquitectónico donde se inserta.

1.- ¿Por qué razón cree usted que el uso del mural como una herramienta de expresión política y social comenzó en nuestro continente y no nació en Europa como la mayoría de los movimientos artísticos?
Porque el mundo estaba saliendo de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, y en México se vivía el levantamiento del pueblo con la Revolución Mexicana. Además los mayas y aztecas eran muralistas, es decir que en este país existía históricamente esta tradición. América era un continente relativamente recién descubierto donde la pintura y el arte se fue transmitiendo a través de las generaciones y antes del auge de la pintura mural había cierta costumbre por hacerlos. La Revolución Mexicana tuvo un hombre sumamente importante, José Vasconcelos, Ministro de Educación de la época quién mandó a pintar diversos muros, de los cuales el primero fue hecho por Diego Rivera, siendo muy académico. Vasconcelos era dinámico, y el movimiento de la Revolución Mexicana era de avance muy activo, por lo que los murales tenían que llegar a las masas.

2.- ¿Cuáles cree usted que fueron las principales características del muralismo mexicano que le permitieron influenciar al resto de Latinoamérica?
En México los murales son insurgentes, rebeldes, políticos y revolucionarios, están con lo que no se hace, y no sólo eso, sino que también logran movilizar al pueblo mexicano y a todas las masas campesinas. El impulsor que pasara esto fue Vasconcelos chicoteando a Rivera y Siqueiros bajo la idea de cambiar el mundo mexicano con la revolución. La idea era educar a la gente por lo que él les entrega los muros y los medios para hacerlo.

3.- En Chile la enseñanza del mural fue impulsada por Laureano Guevara en la escuela de Bellas Artes, quien aprendió esta técnica en Europa. ¿Cuáles eran las principales características del muralismo que enseñaba?
Mi maestro Laureano Guevara que fue grabadista, vitralista y un gran caricaturista; estudió en la Academia de San Carlos en Madrid. Él no sabía nada de la escuela muralista mexicana ya que conoció el muralismo más que nada en Europa, donde se hacían las clases de mural usando los modelos tradicionales. En la escuela de Bellas Artes nos enseñó mural sólo con la técnica del fresco donde nos dio amplia libertad y estímulo; era un gran profesor. En sus clases teníamos una sala en la que debíamos estucar con cal después de botar los residuos del muro. Don Laureano nos enseñaba el tradicional muralismo que usaron los egipcios, los griegos y los italianos en el Renacimiento, pidiéndonos una obra a través del año que tenía una evaluación para que luego vinieran otros alumnos y pintaran encima ya que no había más paredes disponibles. Yo le planteé a Guevara el porqué no se innovaba el estar reciclando los muros, puesto que habían algunos muy valiosos a lo que me respondió que esas eran las condiciones de trabajo que existían en el curso, después le dije que porqué las obras que eran de un buen resultado plástico posteriormente no se iban a hacer en una escuela y me dijo que sí, así que se empezó a trabajar en eso. Como había escasez de muros don Laureano nos dijo que se podían hacer muros transportables de madera con una rejilla y la mezcla de cal gruesa siendo la cal podrida la que sirve, para eso había que esperar de seis meses a un año metiéndola en agua y batiéndola todos los días hasta que se formara una pasta, siendo eso el mural tradicional. Éste tiene tres formas de acción donde primero se dibuja el proyecto, luego se amplía, se consigue el muro, se picotea, se echa la primera planchada (cal con arena gruesa); al otro día viene la otra cal con arena no tan gruesa y se apapacha, luego se pone la otra capa que es el intonato (arena fina de río lavada cuidadosamente con la cal batida, con lo que se hace una masa y esto se coloca al final), y ahí recién se puede pintar. Se pinta lo que se puede hacer en el día, la superficie de cal batida que se coloca se va midiendo, y al día siguiente se coloca la capa de al lado, así se va cubriendo el mural y queda listo.

4.- Usted restauró el mural “Muerte al Invasor”, ¿respetó los cambios espaciales que hizo Siqueiros? ¿En su trabajo personal ha modificado la arquitectura de algún lugar para insertar sus creaciones?
Sí, trabajé en eso y respeté lo que existía tratando de imitar al máximo lo que hizo Siqueiros, no cambiando nada sino que acentuando lo que era necesario. En el edificio el ángulo de unión entre el techo y el muro fue modificado por Siqueiros de manera que existe una continuidad entre muro y techo de modo que sigue un lado a otro, y cuando yo lo restauré estaba el techo todo caído. En mi trabajo personal no era necesario modificar el espacio si el mural no lo necesitaba. En la concepción de Siqueiros para este mural era importante hacerlo porque representaba América unida lo que se formalizaba con la unión de los muros y el techo.

5.- A modo de reflexión de estos primeros años del movimiento en Chile, ¿cree usted que en general los muralistas nacionales lograron una relación adecuada entre el espacio, el muro y la obra?
Bueno, estaba Venturelli, Alipio Jaramillo que era colombiano y Gregorio de la Fuente, entre otros y todos éramos figurativos. Siqueiros venía con una idea de la unión entre Chile y México al hacer “Muerte al Invasor”, tenía un planteo teórico y fue por ese motivo que modificó el espacio arquitectónico, planteaba que el continente estaba unido, por eso modifica los ángulos de la arquitectura.

6.- Cuando se inició en México el movimiento se enfocó al espacio público para que pudiera llegar a todas las personas. En Chile, ¿cree Usted que se ha mantenido esa idea original? 
El muralismo mexicano aquí en Chile no era querido por los pintores tradicionales, fueran comunistas, de derecha o lo que fueran, no les gustaba. En Bellas Artes podía estar el cincuenta por ciento de los partidarios comunistas o muy cercanos a ello, pero no querían nada con los muralistas mexicanos, no podían verlos.

7.- Entonces, ¿Usted cree que el muralismo realizado en Chile no estuvo muy influenciado por el muralismo mexicano debido a la poca aceptación que tuvo?
 No, tuvo rechazo por la misma Escuela de Bellas Artes. En general la pintura y el movimiento mexicano de pintores aquí no cuajaba, porque aquí estaba la escuela francesa.

Mural El Encuentro (1994).
 

8.- Siqueiros habla de la integración entre arquitectura y muralismo. ¿Fue él una influencia importante al momento de escribir el Manifiesto de Integración Plástica Chileno? ¿Por qué cree que no tuvo la importancia que esperaban en nuestro país?
La idea de escribirlo nació por la experiencia; a esa altura yo estaba de vuelta de una beca en México donde conocí a Juan O’Gorman y fue con él que me relacioné por primera vez con la arquitectura. Él era el arquitecto de la Universidad de México y en esa época estaba haciendo uno de los edificios de ella. Como becado debía ir a la Escuela de Artes donde mi profesor era O’Gorman y conversando con él le mostré mis trabajos anteriores por fotos y me dijo que yo ya era muralista. Luego me llevo donde Rivera y pasé a ser su ayudante. Al volver a Chile fui nombrado por Enrique Marshall como profesor del Departamento de Artes; allí trabajaba haciendo ilustraciones, luego llegó un profesor al directorio del Ministerio de Educación y al ver que habían muralistas llamó a Osvaldo Reyes y a mi preguntándonos si seguiríamos con los murales. Nos designó como integrantes del Departamento de Publicaciones.

El Manifiesto de Integración Plástica lo hicimos cuando vino Diego Rivera a Chile y lo leí en la Escuela de Bellas Artes siendo firmado por los asistentes que eran artistas, profesores y alumnos; también lo firmó Diego Rivera y el Decano de la Facultad de Arquitectura. Finalmente no tuvo la recepción que esperamos; en Chile el alumno de la Escuela de Bellas Artes era tradicionalista, o sea que seguía con el cuadro, la naturaleza muerta, y lo que hizo Siqueiros era un escándalo. Se habló contra de él, había rechazo a la pintura radical, agresiva, no investigadora del problema estético y del arte. No se logró que los arquitectos y pintores trabajaran en conjunto en una obra, aunque esa era la idea del manifiesto.

9.- ¿Cómo debería ser, y que le falta a la arquitectura según su opinión para que al integrar murales en sus espacios se logren insertar de manera adecuada?
Está en razón a la característica en sí del edificio y su singularidad de acción, en esa época eso era más cercano a los problemas sociales, actualmente son más economicistas y tecnológicos. La arquitectura se plantea en su nacimiento y crecimiento con conceptos arcaicos partiendo porque los proyectos aún se presentan en blanco. Cambiar esto no es nada de fácil, es muy difícil que una tradición muy enraizada sea dejada de lado; habría que trabajar mucho en eso.

10.- ¿Usted cree que al proyectar un edificio el muralista está capacitado para realizar un trabajo en conjunto con el arquitecto?
Yo creo que tiene que ser la escuela de arquitectura la que tiene que partir con ello; para cambiar esto habría que hacer una revolución y nadie está predispuesto a empujar una revolución en la forma estructural o educacional. Aquí tendría que haber un gran cerebro arquitectónico que ayude a transformar todas las escuelas. Yo creo que esto es un proceso eminentemente histórico donde las intervenciones pictóricas se empiezan a hacer en edificios antiguos; así se empezó en México, se partía de los cánones tradicionales de la arquitectura entonces esto podían ser decoraciones y los muros que entregaba al arquitecto debían ser lisos y nada más que eso. Hoy la arquitectura no es eso, trabaja con acero, vidrio, con cosas así, entonces es tan grande la idea que no se puede materializar.

Proceso de elaboración del mural El Encuentro (1994).


11.- ¿Cómo cree que debería pensarse un proyecto trabajado en conjunto entre un arquitecto y un muralista para que funcione de manera optima la integración plástica?
Tendría que haber un dúo, diseñar el edificio entre los dos, el espacio adecuado para un mural depende del proyecto arquitectónico y del mural. Desde un inicio el proyecto de arquitectura tiene que estar pensado para albergar murales y creo que tiene que haber una gran transformación porque la revolución ha sido en los materiales, en las formas de uso y abuso de estos. Todos los edificios de departamentos en Santiago no están pensados en cuanto al color; falta que se tome en cuenta eso.

12.- ¿A lo largo de su carrera como muralista y pintor se ha relacionado con arquitectos de forma directa? ¿Cree que hay algo que debería cambiar en la enseñanza de esta carrera?
Estuve como profesor en la Universidad Central donde trabajé veinte años y fui fundador. Hice clases de arte y dibujo a alumnos de arquitectura con los cuales hicimos un mural en la Casa Central en una ocasión; ellos me pidieron ayuda y yo acepté. Un día le planteé a la Decana que por qué se presentaban los proyectos de título en blanco, que esa no sería la realidad que manejarían los arquitectos, y me dijo que tenía que ir al Colegio de Arquitectos a plantearlo; yo no podía ir, no soy arquitecto, soy un creador de formas cromáticas en los muros, pero éstos tienen que tener una riqueza en sí también. La idea es que se complementen, que no funcione una sin la otra; color y forma son inherentes de la arquitectura. El arquitecto tiene que trabajar siempre con color y propuse que se hicieran ensayos donde los alumnos entregaran proyectos con color pero no me lo aceptaron. Para mí eso demostró la situación conflictiva que tenía la misma enseñanza de la arquitectura, que no preparaba al arquitecto para la realidad con la que va a tener que convivir, que se la va a exigir el financista de la obra y el mandante. Eso es lo que planteé y sigo planteando, creo que la arquitectura en la enseñanza de hoy tiene un conflicto porque enseñan los materiales tradicionales de construcción y no hay complementación del color y no sólo eso, sino también la forma. Entonces la arquitectura es monótona, pesada y repitente, es una contradicción evidente a la gestación del hombre o mujer que la va a habitar.

13.- ¿Conoce el mural “Sin Nombre” de la ACHS, y “Vida y Trabajo” de la Estación Parque Bustamante del “Mono” González? ¿Cree usted que estos trabajos responden a la idea de integración plástica?
Él fue alumno mío. No he visto el mural ubicado en el metro, el de la Asociación Chilena de Seguridad sí lo conozco. El “Mono” González, que viene de la Ramona Parra, tiene una visión dinámica de la línea donde usa y abusa de ella. Es su modo de trabajar no lo voy a criticar, es su estilo, hay estilos de murales, él trabaja con el ritmo y la curva.

14.- Un espacio importante donde se muestran murales actualmente es el metro de Santiago, ¿qué piensa usted de ellos? ¿Logran integrarse al lugar?
Bueno, el muralismo público se ha hecho presente en muchos lugares con el metro pero ahí también hay murales que no son para mí murales, por ejemplo el de Estación Central. Para mí no se relaciona para nada con el muralismo. ¿Cómo tú puedes pensar que vas a poner con bastidores en un lugar público esa obra? En seguida la composición, ¿qué composición es esa? Se trata por supuesto la visión integradora entre arte y sociedad. ¿Dónde está la sociedad allá? ¿La vieron? ¿Existe? Yo pienso que un mural siempre es de contenido social, no en el sentido político, sino social en el sentido de convivencia humana. En el fondo se puede catalogar como mural algo que tiene un contenido profundo y social y que se exprese bien a través de la plástica.

Por Sebastián Arias Reyes
26 de Mayo de 2011

Fernando Marcos y Alejandro Gónzalez  (Junio de 1981).

Tres valiosos murales en peligro de demolición


 Detalle del mural Homenaje a los trabajadores del Salitre (1946).


Frescos de 1946 de los artistas Laureano Guevara, Fernando Marcos y Orlando Silva, ubicados en la antigua Ciudad del Niño, serían derribados en Marzo

“¡Hay que protegerlos ya!, porque se pueden deteriorar de manera irrecuperable”, anuncia Gaspar Galaz, profesor de Historia del Arte de la Universidad Católica, ante la preocupante situación en que se encuentran tres murales del Liceo A-91, de la comuna de San Miguel, en los últimos vestigios de la institución antiguamente conocida como la Ciudad del Niño.

“No podemos darnos el espectáculo de botar tres murales históricos de cuando comenzaba el movimiento muralista en Chile”, explica el académico y escultor. Los frescos fueron creados en 1946, tres años después de la fundación de la Ciudad del Niño. Sus autores fueron los importantes muralistas chilenos Laureano Guevara, Fernando Marcos y Orlando Silva. Los dos primeros, discípulos del artista mexicano Diego Rivera, y el tercero de Siqueiros.

En 2003, se trasladaron los últimos treinta menores y la Ciudad del Niño cerró. Parte del terreno, que pertenecía al Consejo de Defensa del Niño (CODENI), se vendió dividiendo el colegio en dos propiedades. Actualmente, la constructora Emebe-Decombe Izquierdo está levantando un condominio en la parte vendida. El problema es que en ésta se encuentra el mural de Fernando Marcos, lo que implicaría su demolición.

Los otros dos, de Guevara y Silva, ubicados junto al de Marcos, caen por pocos metros en los terrenos de la CODENI. Pero intentar derrumbar parte del edificio también podría ponerlos en peligro. “Se contrató la asesoría de un arquitecto, quien está estudiando para que nuestros dos murales no experimenten daños”, señala Santiago Villablanca, secretario general de CODEDI, quien, eso sí, no aclara cómo se mantendrán estas obras una vez derribado el edificio.

Flavia Muzio, restauradora de la Universidad Católica, ha estado interesada en salvar los frescos: “Pero al encontrarse en terrenos privados, sólo queda esperar la buena voluntad de los propietarios”. 

La solución, entonces, habría estado en declararlos Monumento Nacional, pero nadie lo solicitó a su tiempo: “Ahora no se puede, porque ya hay un permiso otorgado por la municipalidad a la constructora”, afirman en el Consejo de Monumentos.

Elizabeth Benavides, directora de obras de la Municipalidad de San Miguel, declara: “Estuve conversando con la inmobiliaria y nos dejó entrever que si existiera la posibilidad de rescatarlo, ellos estarían abiertos. Pero el costo tendría que asumirlo la persona que lo quiera rescatar”.

Por Víctor Soto Lagos
Diario El Mercurio
Santiago de Chile,
25 de Enero de 2010

Detalle del mural Homenaje a los trabajadores del Salitre (1946).

“Homenaje a los trabajadores del Salitre”: Murales en Peligro

 
Homenaje a los trabajadores del Salitre (1946).

 
El profesor y muralista Fernando Marcos (nacido en 1919, discípulo de Diego Rivera y ayudante de David Alfaro Siqueiros en los murales de Biblioteca de la Escuela “México” de Chillán, a la que los niños denominaron cariñosamente la “Sala de los Gigantes”), pintó este mural, al cumplirse el “Cincuentenario de la gran huelga del Salitre”, en homenaje a los protagonistas de la mencionada huelga, la mayor de la historia del movimiento obrero chileno, que terminó en la también mayor masacre de trabajadores registrada hasta este momento en nuestro país (1907), bajo el gobierno del conservador Pedro Montt (1905-1910). 

Este mural, junto a otro del mismo artista, “Homenaje a Gabriela Mistral” (fallecida en 1956), y murales análogos de otros destacados muralistas chilenos, se encuentra ubicado en la escuela de la ex “Ciudad del Niño”, emplazada en la Gran Avenida José Miguel Carrera, de la comuna de San Miguel y están todos amenazados de destrucción, a raíz de la demolición de la escuela, decretada por iniciativa de la ex Ministra de Educación, Mónica Jiménez de la Jara, para construir en su sitio una nueva escuela, que permita implementar y consolidar la Reforma Educacional de Eduardo Frei Ruiz Tagle, iniciada en 1997.

Homenaje a Gabriela Mistral (1946).


La reciente cadena de terremotos, con sus correspondientes réplicas, ha causado daños difíciles de reparar en más de una veintena de murales, emplazados en la Región del Bío-Bío, incluyendo los de la Escuela “México” de Chillán, a los que se suman los daños irremediables en las estructuras de algunos de los muros que les sirven de soporte.

En la comuna de San Miguel hay una serie de escuelas dañadas, indudablemente, gran número de ellas serán demolidas, puesto que ya estaban en los planes de “modernización” del Ministerio de Educación. Sin duda alguna, esta cruda realidad servirá de pretexto a las nuevas autoridades para emprender la “reconstrucción”, arrasando con todo lo que pudiere estorbar a sus intereses económicos y comerciales.

Los protagonistas de la “Gran Huelga del Salitre” serían masacrados por segunda vez en una escuela, bajo un segundo Presidente “de la reconstrucción”, de no haber una activa y urgente campaña en pro del rescate y restauración de dichos murales. No obstante su avanzada edad, el pintor Fernando Marcos se encuentra en condiciones de asumir tal empresa, no puede decirse lo mismo de su maestro Laureano Guevara, ya fallecido, cuyo mural, en la misma escuela, también corre peligro de perderse para siempre.

Por Pedro Miguel Sepúlveda
26 de Marzo de 2010

lunes, 5 de noviembre de 2012

Rostros de Rapa Nui en el arte de Fernando Marcos

 
Izquierda: Isla de Pascua (I). Derecha: Las Higueras de Hanga-Roa.


Amalgama de tonalidades con una manifiesta oposición de luz-sombra es la característica impresa en los rostros del arte de Fernando Marcos sobre Isla de Pascua, el “Ombligo del Mundo”. Éstas corresponden a algunas de las pinturas realizadas por Marcos en el transcurso de la década de 1970.

Significativamente, todas estas representaciones se vinculan, de alguna manera, con la complementación del hombre y la mujer en el “Abrazo de Amor” evocada en una de las tablillas parlantes de Rongo-Rongo. Es decir, la dualidad complementaria de los opuestos, del hombre y la mujer que solamente unidos, recuerdan la unidad primordial para poder añorar la unidad última. 

RVE
4 de Noviembre de 2012

 Izquierda: Isla de Pascua (II). Derecha: Isla de Pascua (III).

Izquierda: Conjuro. Derecha: Juego de KaiKai.

martes, 7 de agosto de 2012

En la eternidad del momento

 
¿Oh, dónde se encuentra el mensajero
de nuestro amor?
Cuando se conmemore la Fiesta de la Madera
Traída por el Mar,
allí nos encontraremos en un abrazo de amor.

Detalle de Rapa Nui (Alrededor de 1970).


Los colores integran la melodías de la luz en movimiento para expresar la primigenia y última fuerza del hombre y el mundo, el Amor.

Fernando Marcos ha plasmado el misterio del hombre y la mujer por medio del movimiento estático de las formas: Se aman, inalterables, en la eternidad del momento.

Los rostros han sido representados de manera tal que sólo en la unión de ambos -de EL y de ELLA- se logra un rostro completo.

Es la integración, que equivale a decir, la Totalidad, la unión, o más bien, la re-unión de los “opuestos complementarios”. El Rito del Amor.

RVE
7 de Agosto de 2012


Detalle de Pareja I de Rapa Nui (alrededor de 1970).

 
Detalle de Pareja II de Rapa Nui (alrededor de 1970).

Detalle de La llegada del Manu Tara (Alrededor de 1970).

Detalle de Ágape pascuense (Alrededor de 1970).

viernes, 8 de junio de 2012

Algunos juicios sobre la obra de Fernando Marcos

Don Fernando Marcos (2009).


En un mundo que cambia constantemente y la pintura no se queda a la zaga, es refrescante ver a las mujeres de “Rapa Nui” de Fernando Marcos en su meridiano y frutal color y nos alienta a ver la lejana Isla de Pascua algún día.
José Gómez Siere
Pan American Union. Washington D.C., 1956.

Marcos dibuja con la maestría de un Renacentista y una visual contemporánea, como lo apreciamos en su mural “Trabajadores del Salitre”.
Julio Payró
Curso de Pintura Moderna. Universidad de Chile, 1949 - 1950.

Fernando Marcos ha llevado a cabo en su país una pintura mural de mucho aliento. Llega a México con un buen cargamento de paisajes hechos en lo más austral de Chile, en tierras casi antárticas o anticipación de lo antártico, muy dramáticos, en colores sombríos bien arquitectados, reales pero dibujados y pintados con un sentimiento y una visión propias…
Jorge J. Crespo de la Serna
Excelsior. México D.F.

Mario Moreno mira a Cantinflas, ¿o es quizás a la inversa? El pintor ha logrado un acierto psicológico en su obra. Este es el punto más notable del retrato de la veracidad lograda en el cuadro, facultad de pintor -de buen pintor- que nos revela el joven artista chileno como uno de los buscadores analíticos más exactos de lo que el retrato debe ser  dentro de la pintura.
Adrián Villagómez L.
Revista de Revistas. México, 1954.

Entre los mejores discípulos de Laureano Guevara se debe considerar a Fernando Marcos, que ha realizado unos seis o siete murales en el país…
Ricardo Bindis

Fernando Marcos es un artista perteneciente a la generación de pintores que actualmente marca un precedente en el contexto cultural latinoamericano, puesto que su obra se remite a Latinoamérica como elemento cultural propio y universal. El mundo del mito y la magia son estructuras formales del trabajo intelectual del artista chileno, cuyo mundo sicológico está basado en el arte y la fuerza del latinoamericano, desde México hasta la Patagonia.
Carlos Alberto Herrera
Casa de la Cultura. Maracay, Venezuela, 1978.

Fernando Marcos ha pintado murales y cuando se expresa en la tela busca la misma textura áspera que proporciona la preparación del cemento de los frescos. Frecuentemente sus pinturas buscan la simbiosis hombre-máquina.
Ana Helfant
1975.

 Detalle del mural en la Ciudad del Niño, en Santiago de Chile (1946).

 
 Pareja de Rapa Nui (1970).

miércoles, 2 de mayo de 2012

Evocaciones de Manu, el Hombre-Pájaro de Rapa Nui


 Detalle de Las Cuevas de Orongo (1970).


La ceremonia de primavera del Tangata Manu, en honor al dios creador Make-Make, consistía en alcanzar el primer huevo de la estación de Manu Tara en el islote de Motu Nui, la Isla de los "Hombres-Pájaros", para entonces nadar de regreso a Rapa Nui y trepar el acantilado del volcán Rano Kau, hasta su cima sagrada cercana a Orongo. El ganador de la prueba se investía como Tangata Manu, el “Hombre-Pájaro”.

En Orongo aún se pueden ver las pictografías de los “Hombres-Pájaros” del antiquísimo culto de Rapa Nui.

RVE
1º de Mayo de 2012

Detalle de Los moais (1980).

 
Detalle de El Juego del KaiKai -II- (1980).

 Detalle de El Juego del KaiKai -II- (Alrededor de 1970).

Detalle de Diosa de Rapa Nui.

lunes, 2 de abril de 2012

María Lionza, diosa venezolana


María Lionza, obra de Fernando Marcos (realizada hacia 1982).


María Lionza, diosa aborigen de Venezuela, se le representa tradicionalmente como una mujer blanca de ojos verdes, en ocasiones con una corona de oro en la cabeza y una flor y una especie de banderín en la mano derecha, en el cual se han escrito sus roles como deidad protectora de las aguas y de las cosechas.

De acuerdo a los mitos venezolanos, María Lionza -posiblemente una evocación de la diosa Yara de los arawaks- habita las montañas de Sorte en el estado Yaracuy, lugar que con el paso del tiempo ha devenido en un sitio de peregrinación.

Sobre esta diosa, el etnólogo Francisco Tamayo Yepes escribía hacia 1943 que ella vive apaciblemente en la espesura de los bosques, en las aguas remansadas, en grutas encantadas, entre rebaños de animales salvajes y rodeada de espíritus subordinados y obedientes

María Lionza encuentra su equivalente en la Venus de la tradición indoeuropea, diosa de la Naturaleza y por ende, de los ciclos de la vida.

RVE
1º de Abril de 2012

(Detalle - el rostro)

viernes, 2 de marzo de 2012

Mural “El Encuentro” de Fernando Marcos



Es un mural de cerámica esmaltada ejecutado en la fachada de ingreso de la Municipalidad de San Miguel en 1994, y sus dimensiones son 8,60 m de alto y 18,30 m de largo.

Para Fernando Marcos, el mural es una extensión de la “voz personal” a través de un soporte público. Busca recrear la memoria histórica y los arquetipos, ya clásicos, de la familia, el trabajo y la libertad. Esta concepción muralista trae la resonancia de sus años en la Escuela de Bellas Artes, las lecciones de Laureano Guevara y Gregorio de la Fuente y la cercanía con los muralistas mexicanos.

En este mural, el artista ha creado una tensión entre las figuras y el fondo. Las primeras, definidas a través de un ribete negro, indican con precisión una imagen reconocible. Un indígena intenta la detención de un galope funesto. En el resto del paño nada se sabe de tal impacto: la imagen de una cuidadosa enseñanza de los oficios intelectuales y manuales ocupa la escena en un encuentro entre personajes que representan diversos oficios y una mujer junto a una pareja de niños representando la enseñanza escolar. Al lado, una mesa con objetos sirve de puente entre las naturalezas muertas y los productos de la región.

Luego, a la derecha de una mujer de grandes proporciones aparecen las artes, la familia y la recreación, como señales esperanzadoras de un futuro mejor.

El Mural en Chile,
Calendario Colección Philips 1999.







Detalles del mural de Fernando Marcos en la Municipalidad de San Miguel.

jueves, 2 de febrero de 2012

En memoria de Héctor Barreto


El Pasajero del Sueño.


Estas ilustraciones realizadas en 2011, aparecen en la próxima edición de las Historias Ociosas de Héctor Barreto (10 de Febrero de 1917 - 23 de Agosto de 1936), figura símbolo de la Generación literaria del ’38, asesinado trágica y misteriosamente en Santiago, a la edad de diecinueve años.

Barreto señaló, acaso como síntesis perfecta de su existencia: Utopía, Mito, Ideal: lo único digno de buscar. Las siguientes palabras pertenecen a don Fernando Marcos y fueron escritas para la edición del año 2004:

"Después de tantos años que se enmudecieron nuestros sueños, recuerdo el transitar en su compañía, en esa vieja calle de San Diego, llena de seres desconocidos – amigos. La naturalidad de los saludos, las bellas muchachas de los cités, Antonia, Eliana, Dora, Elva; las vitrinas de fotografías del maestro Hevia y su hijo galán de barrio; la dulce dama alemana que confeccionaba los mejores sombreros de señoras de Santiago; las librerías de viejo y sus tertulias – Joaquín Edwards Bello, Acevedo Hernández y su mujer en traje araucano, Teófilo Cid, los Mandrágoras, Santiago del Campo y sus malabarismos verbales, MiguelSerrano, Guillermo Atías, Homero López, pontífice de la Academia de Literatura del Instituto Nacional y del restorán Miss Universo, lugar de las grandes competencias literarias de jóvenes escritores y poetas, Héctor Barreto, Julio Molina, Rosamel del Valle y de nuevo Santiago del Campo, Guillermo Atías, Mario Ferrero y Miguel Serrano.

¡Oh, San Diego de aquellos tiempos! El teatro Esmeralda de grandes espectáculos líricos y teatrales. El teatro circo Arturo Prat, en donde un día escuchamos a Krishnamurti, hablándonos de la Paz del Mundo, de una mejor humanidad. A Héctor y a mí nos conmovió su llamado y en ese día nos hizo mejores y la amistad se agrandó y selló nuestras vidas.

Un largo puente de luz sigue existiendo entre Héctor Barreto y las nuevas vidas que se reencontraron en esta nueva edición de “La noche de Juan” que Rafael Videla ha iluminado como descubridor maravillado".

Fernando Marcos

Jasón.

Historia de un día de fiesta.

La Ciudad Enferma.

La Velada.

La noche de Juan.

lunes, 2 de enero de 2012

“Capté la esencia física y sicológica de Cantinflas”


El pintor Fernando Marcos en su hogar de Ñuñoa.


Fernando Marcos, retratista del actor mexicano, dice que en Chile lo olvidaron como artista
.

Fue el primero en traer estudiantes pascuenses al continente, fabricó un mosaico en vidrio y creó el descomunal mural El Encuentro en la municipalidad de San Miguel.

Marcos (94), viudo y padre de tres hijos, es uno de los primeros muralistas de nuestro país y, según relata, uno de los más olvidados.... Aunque, asegura, eso lo tiene sin cuidado. “Me tiene sin cuidado, porque yo no busco la autocomplacencia en el arte”, cuenta el autor de la obra “Trabajadores del Salitre”, exhibida en la Ciudad del Niño.

Comenzó su carrera cuando tenía 16 años en la escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, donde fue discípulo de Laureano Guevara, quien le enseñó el arte de construir murales.
“Con él aprendí que todas las profesiones tienen su retribución tarde o temprano”, agrega el destacado artista.

Encuentros. Mural de cerámica esmaltada ejecutado en la fachada de ingreso de la Municipalidad San Miguel en 1994. Las dimensiones de esta obra de Fernando Marcos son 8,60 m de alto y 18,30 m de largo.


Pero el maestro, como muchos de los artistas chilenos, no hizo casi nada de su carrera en nuestro país. Gran parte de su obra la desarrolló en México, donde partió como ayudante de grandes pintores como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, y conoció también a Frida Kahlo.

“Yo estuve en la clínica cuando a ella (Frida) le amputaron una de sus piernas producto de la gangrena. Era una persona muy herida en lo físico y en lo sicológico. Nunca sonreía”, recuerda.

Fernando Marcos también se codeó y retrató a uno de los grandes: Mario Moreno “Cantinflas”.

“Visité los lugares que frecuentaba. Capté su esencia física y sicológica”, relata.

“Un día le fui a tocar la puerta a la casa y me preguntó cuándo iba a poder ver el retrato. Yo le dije que apenas lo terminara. Nunca nadie había hecho un retrato de Cantinflas”, agregó.

El creador ha sido docente de varias universidades. Sin embargo, dejó el profesorado por su edad y un desencanto con el arte. “El arte se desconectó, ahora son sólo formas bonitas. La tecnología avasalladora está matando el arte, que sólo debe sobrevivir”.

Por Diego Villegas Cascardo.
Diario La Cuarta. Santiago de Chile,
17 de Agosto de 2011.

Entrevista a Fernando Marcos


El maestro Fernando Marcos.


El muralista chileno, discípulo de Diego Rivera, es un hombre sabio, que no presume de su talento y vastos conocimientos. A sus 83 años conserva el talento y la juventud de sus ideas.

- ¿Cómo nace su amor a la pintura y al muralismo?
Yo recuerdo que cuando siendo un muchacho veía a mi padre que pintaba y grababa. Una vez vi una ilustración en la revista Zig-Zag que era un mural del Giotto, que representaba a Jesucristo con Lázaro. A mí me impresionó, no el hecho religioso, sino la composición de la obra. Yo le dije a mi padre: “Esta pintura me gusta... es de este porte”, y mi padre me dijo: “No hijo, eso es un mural”.

Luego me explicó qué era un mural. De allí en adelante me quedó marcado el mural, como un significado más abierto. Más tarde ingresé a Bellas Artes, a los talleres de dibujo a estudiar pintura mural.

- ¿Cuál es su vinculación con la pintura mexicana?
La pintura de mural mexicana es un hito en la historia del arte. En un momento México fue el centro de atracción para todos los artistas latinoamericanos. El gran propagador del muralismo mexicano es José Vasconcellos, Ministro de Educación de ese país, que en la década de los 30 planteaba que el atraso de México era producto del latifundismo, del clericalismo, del feudalismo, lo que debía ser conocido por el pueblo analfabeto. La forma de conocer dichas injusticias fue el mural.

- Sin embargo en Chile no se da el mismo proceso; en México la pintura mural fue institucionalizada, en Chile no se produce esa simbiosis.
No, pero de algún modo la Escuela de Bellas Artes tenía desde el año 1936 una cátedra sobre el mural. Lo extraordinario es que el director era Laureano Guevara, que no estuvo nunca en México. Tomó el gusto por el mural en sus correrías por el norte de Europa, donde los murales tenían una expresión diferente. Él llega a Chile planteando qué se debía enseñar el mural con ideas europeas...

Instalado el curso en Chile, la cátedra trasciende en toda América, y la mayor cantidad de alumnos de la cátedra no eran chilenos, sino peruanos, bolivianos, colombianos y hasta panameños.

- ¿Por qué se da ese fenómeno?
Chile estaba alcanzando una dimensión de cultura y de educación muy alta durante el Frente Popular. Chile es un polo de progreso, en un equilibro con México.

- Entonces México es el centro de impulsión del norte y Chile el del sur.
Claro, aparece una unión de artistas peruanos, bolivianos...

- ¿Cuál es el motivo pictórico que estudian estos artistas del cono Sur, que los diferencia con los mexicanos?
Somos discípulos de Laureano, que no desdeñaba ningún tipo de muralismo; Chile fue una síntesis entre el muralismo europeo y mexicano.

- Curiosamente en la pintura mural es gravitante el hecho de la llegada de David Alfaro Siquieros a Chile después del terremoto de Chillán.
Sin duda, porque las pinturas de la Escuela México en Chillán rompen con la perspectiva tradicional y es una pintura que te envuelve e integra al espectador al espacio pictórico. Porque, curiosamente, en Chile no se hacían murales. Lo único que existía eran los vitrales que había hecho el maestro Laureano en el Seguro Obrero. La llegada de Siquieros es un campanazo, porque los muros públicos se llenan de arte.

Fue por este motivo que la Escuela de Arte de la Universidad de Chile se dividió en dos: los artistas plásticos y los muralistas, que nos motejaban de mexicanistas, de “monos de patas grandes”, que no respetábamos las proporcionalidades..... Tanto es así que los jóvenes plásticos que eran contrarios a nosotros se toman el poder en el centro de alumnos y nos echaron a combos... La pintura mural nació entre conflictos que duran hasta el día de hoy.

- ¿Cómo nació su mural Homenaje a los Trabajadores del Salitre y Gabriela Mistral, del año 1947?
Después de Siquieros, con esa técnica y estética. Nos dimos a la tarea de hacer una pintura que se comunique con la sociedad. El Frente Popular hizo un concurso, el año 1943, para hacer un mural en la Estación del Tren de Concepción, concurso que ganara Gregorio de la Fuente, ayudante de Laureano Guevara. La pintura mural chilena se hace conocida. Yo entré a Bellas Artes, el año ’41 con Carmen Cereceda. Sucede que en la Universidad sólo pintábamos al fresco, técnica de mucha elaboración, pero que no permitía conservar la obra... Y los alumnos pintábamos en el mismo muro, así que forzosamente las obras se destruían.

Yo dije esto no puede ser, se están destruyendo obras notables... Organizamos una asamblea; planteé que los buenos trabajos fueran hechos en colegios. Me nombraron para ir al Ministerio de Educación para entrevistarme con el Ministro y promover la idea. No me dejaron ver al Ministro, pero le dejé una invitación para que asistiera a nuestra exposición. Afortunadamente el secretario del Ministro era amigo de unos familiares míos, y le llegó la invitación.

Después de la exposición tuvimos la entrevista con el ministro David Marshall. El Ministro nos preguntó de qué viven los muralistas si tienen que destruir sus obras... - “Bueno de nada... porque esto no tiene comprador... ”. - “¡Ah no! Yo soy economista -dijo- pero toda actividad humana debe tener su correspondiente remuneración, así que desde el día de hoy, son profesores de dibujo en escuelas primarias”. Posteriormente yo sería Rector del Liceo Experimental Artístico.

Se había hecho el Centro de Niños Abandonados Juan Antonio Ríos, que lamentablemente después se destruyó, donde realice el mural a Gabriela Mistral. Los primeros murales se realizaron allí con dineros de la Universidad de Chile, gracias a la intervención de Juvenal Hernández. Mi mural es porque Gabriela había recibido el premio Nobel.

- Ese mural está pintado antes que Usted viajara a México.
El mural me permitió viajar a México y trabajar con Diego Rivera.

- Y después repara los murales de Chillán.
Fue un reto, porque nadie se atrevía a reparar el muro norte y el cielo no existía, un vendaval había arrasado los murales. Yo recogí con una bolsa plástica los trozos de pintura del suelo.

- Era un rompecabezas. ¿Fue una reconstrucción difícil?
Recompuse los murales con fotografías en blanco y negro... Y el color de los trozos de pintura que había recogido.

- Se piensa que la mejor época del muralismo se desarrolla durante la Unidad Popular y la dirección de Nemesio Antúnez del Museo de Bellas Artes.
Esa era una época de entusiasmo y optimismo. Antes del ’73 yo había realizado varios murales, desde los años ’50 a los ’70. Florece la cultura del mural, se continuó el legado de Siquieros.... Yo me encuentro enseñando Educación Plástica. Hay una parte de la cultura de la Nación que nunca había sido llevada al arte, sin controles, todo el mundo puede ver, conocer, buscar y admirar las pinturas... La pintura abandona el museo.

- Luego vendrá la época oscura y la prohibición de este tipo de arte, usted sobrevivirá pintando cuadros de pequeño formato, hasta que pinta una Iglesia Ortodoxa griega. Siendo un agnóstico, ¿cómo se explica un Marcos pintando motivos religiosos?
La Iglesia Griega Barroca Bizantina, la edificó el cónsul general de Grecia, y un millonario griego que falleció poco tiempo después en la laguna Rapel, en 1983. Yo conocía el Centro de Cultura Griega. El arquitecto de la obra era un amigo, Fernando Román. Me dijo que en este tipo de iglesias tradicionalmente la fachada debe tener a la Virgen que recibe, pidiéndome ayuda para hacerla.

Se construyó el mosaico de entrada. Yo entré a la Iglesia de la mano de mi amigo.

Las autoridades encontraron notable el mosaico y me pidieron que realizara todo el Iconostacio, al estilo bizantino. Yo les dije que haría el Cristo, para que vieran mi solvencia como pintor. Pinté tratando de ser lo más bizantino posible.

Les gustó mucho y me pidieron que pintara toda la iglesia con veintitrés figuras. Cuando presenté el presupuesto ante el cónsul griego, para ellos el presupuesto era insalvable, me señalaron que existían pintores griegos que podían hacerlo por la mitad del dinero.

Madre de Dios (1982). Ábside. Iglesia Griega Ortodxa de Santiago de Chile.


- ¿Cómo salvó ese problema?
Con amor propio, yo les dije no puedo hacer estos y me di media vuelta... Estoy saliendo de la oficina, y me dije resueltamente que yo les demostré que lo puedo hacer y van a venir griegos... ¡Lo hago…! Volví y acepté.

- Pero esas pinturas son Fernando Marcos y no pinturas Bizantinas puras... no es una reproducción.
Hay una transmutación, son personas dibujadas y pintadas con mi estilo. Uno tiene que tener una condición de ser, o sea, yo tenía que adaptarme, y los dilemas crean nuevas soluciones plásticas.

- Como sucedió en el mural de San Miguel.
Claro; nunca yo había pintado con cerámica esmaltada y esa debía ser una obra resistente. Con el auspicio de un alcalde pude realizar dicha obra.

La dictadura había hecho el edificio del Municipio y en el muro curvo exterior lo había construido para colocar dos discos en relieve uno con el escudo del Municipio y otro con el Escudo Nacional. El alcalde de Aylwin me dijo: “Marcos, no podríamos hacer un mural...”. - “Claro le dije yo”. Lo conversamos, lo primero fue hacer un ante-proyecto.

- Claro, ahí trabaja con figuras institucionales: la familia, el amor, el deporte...
Yo trabajo con la figura simbólica. Era el renacer de la democracia.

- Y ahora ha ganado un concurso para hacer un mural en el metro de Estación Central. ¿Encontraremos a un Marcos distinto al de la Gabriela, al de la Iglesia y al de San Miguel?
Sí, porque este es un largo proyecto presentado hace ocho años. El motivo es la poética de la vida nacional. El tren todavía es un personaje que quiere ser usado; los que lo conocieron lo añoran, los que lo conocen les gusta... La vía ferroviaria está viva en la imaginación de todo el mundo.

El extraordinario mural de Fernando Marcos, Historia del Ferrocarril en Chile (2006-2007),  que se debería haber plasmado en las paredes del metro Estación Central. Lamentablemente es otra obra la que ocupa su lugar.


- El tren significa viaje con destino, el metro significa tránsito de un lado a otro...
El tren es una aparición de viñetas tanto humanas como de la Naturaleza, es romántico... Una búsqueda de la imaginación donde surgen figuras y paisajes.

- Creo que Usted siempre está buscando nuevos derroteros y no se queda en la misma temática...
Yo creo que tanto como hay cambios en la sociedad, tienen que existir cambios en el artista, si yo soy romántico ese romanticismo debe ser aceptable... O sea, uno siempre tiene que creer que todo ser humano tiene un tesoro de amor. Como en la vida humana cada etapa es distinta con un mismo denominador interno.

Pero yo todavía creo en la poesía y en el ser humano, que puede hacer posible recuerdos, ensueños y avizorar futuros...

Por Carlos Salazar Arredondo
En sitio web La Muralla. Santiago de Chile,
7 de Octubre de 2004.

Los moais (1980).